lunes, 9 de julio de 2012

Sentarse y esperar...



En muchas ocasiones hemos escuchado que no debemos esperar, que las cosas que nos ocurren podemos hacer que cambien, podemos hacer que ocurran antes o después, tenemos la capacidad de si ponemos todo nuestro empeño hacer que mejoren radicalmente y que quedarse quieto es lo que seguro no nos va a hacer cambiar nuestro sino.
Yo soy de esa opinión, si algo no te gusta, haz por cambiarlo, si algo te desagrada, trata de luchar por que esa situación cambie y se vuelva agradable, y si ves que no vas a conseguir cambiarlo, muévete...
Este post no quiere poner en duda eso, en lo que incido ahora es cuando te encuentras en una situación de estas, y sabes de donde viene, sabes a donde te lleva, pero la solución no ocurre a corto plazo y simplemente debes sentarte y esperar....¿Cómo sobrellevar una situación que sabes que no va a llegar a buen puerto pero que todos tus esfuerzos por cambiarla no sólo dependen de ti?¿Cómo llevar estar horas y horas con la mente en blanco tratando de no pensar ante lo que se te avecina?
Es importante dimensionar bien las consecuencias, no perder el norte y tener claro quienes somos, a donde vamos y de donde venimos...pero aunque tengamos la parte racional bien despierta y activa, es inevitable sentirse en muchas ocasiones como ese perro callejero que tristemente vemos vagando por la ciudad, al que sólo le han dado palos y se encuentra muy cansado, que tratamos de ir a ayudar y huye de nosotros pensando que vamos a volver a pegar, al que vemos con esa expresión triste y de mirada perdida sin saber bien que hacer, ya que el siempre ha sido fiel, leal y buen compañero, y le han ido cayendo palos día tras día a pesar de siempre portarse bien con su dueño...

A veces podemos sentirnos como ese pobre perro vagabundo, nos volcamos en la gente de nuestro alrededor, ponemos todo de nuestra parte por ayudar a los demás pero sólo recibes desengaños y nulo reconocimiento, palos en tu estado de ánimo que pueden hacer que caigas en una indefensión aprendida, crónica, en la que simplemente prefieres tumbarte y que pase el tiempo poco a poco, aunque sea lento, queriendo que llegue el final...¿Que hacer cuando el llega ese momento?

Quizás la clave sea no perder la cabeza, no rumiar a cada minuto la situación que estás pasando, no mirar cada segundo el reloj, ya que el tiempo pasa más lento, y sobre todo asumir que las cosas no siempre salen bien, que podemos equivocarnos, que no siempre la gente que nos rodea es buena, que nos van a engañar, nos van a mentir, nos van a pegar palos aunque no los merezcamos....pero debemos ser fuertes y saber quienes somos, quienes merecen la pena a nuestro alrededor y luchar por ellos...quizás a veces nos sintamos vagabundos perdidos en este mundo, pero en realidad todos tenemos nuestro sitio y nuestra gente en esta loca sociedad en la que vivimos...