miércoles, 16 de mayo de 2012

Juego de Roles



En nuestra infancia hemos pasado miles de horas jugando con nuestros amigos a convertirnos por arte de magia en nuestros referentes, marcando el gol que nos daba el título como Ronaldo, aniquilando todo bicho viviente con armas súper poderosas y destructoras emulando a Rambo, pedaleando a toda velocidad y subiendo cuestas haciendo el Tour de Francia al igual que el gran Induráin...
Con nuestra imaginación cambiábamos de personalidad y adquiríamos nuevas habilidades, jugábamos a ser quienes nos gustaría ser y se nos pasaban los días sin mayor preocupación, simplemente nos poníamos la "máscara" de nuestro ídolo y...a disfrutar.
Cuando nuestras madres nos llamaban para ir a casa volvíamos a nuestra rutina: Tomar la merienda, hacer los deberes, ver un poco de tele, una ducha y a dormir, que hay que ir al cole...pero no había mucho problema, esperábamos a que llegara el día siguiente, nuestra apreciada hora de recreo, para convertirnos en un abrir y cerrar de ojos en quien queríamos ser de nuevo, una fiesta de disfraces que se repetía a diario.

Esa costumbre de ir portando "máscaras" no se pierde con el tiempo, ya que cuando crecemos y nos vamos haciendo mayores tenemos que ir aprendiendo a adaptarnos a nuestro entorno social y debemos ir actuando de una manera diferente en función del sitio, de lo que haya que hacer y sobre todo de quienes nos acompañen en ese momento.
Lo malo es que las nuevas "máscaras" no son las de Rambo, Ronaldo o Induráin...son nuestro Yo en el trabajo, Yo con mis amigos, Yo con la familia, Yo con mi jefe, Yo como hijo...una larga y pesada carga de caretas con la que debemos lidiar y que debemos saber combinar de manera óptima para no dar la nota en la gran fiesta de disfraces que es la vida (El Carnaval).
A pesar de la cantidad de roles diarios que tenemos, al llegar a casa y mirarnos al espejo tenemos claro quienes y cómo somos en realidad...¿O quizás no?

Si llega el día que nos enfrentamos a nosotros mismos y no sabemos exactamente quienes somos, si hemos olvidado cómo somos en realidad, o no sabemos con exactitud si llevamos la máscara puesta aún...es cuando nos surge un problema: ¿Quién soy de verdad?

Podemos estar toda la vida cambiando de una máscara a otra evitando ver nuestra auténtica personalidad, bien por que no nos gusta afrontar que hay muchas cosas de nosotros mismos que no soportamos, o simplemente por que estamos cansados y preferimos vivir siempre de carnaval, que puede parecernos más divertido...o por miedo a que toda la gente de nuestro alrededor, que nos sonríe y nos quiere cuando llevamos la máscara puesta, vea que al quitarla hay una cara llena de miedos e inseguridades, mucho cansancio, y que no siempre tiene ganas de sonreír...
A veces, nos da tanto miedo llegar al final del día y ver lo que hay debajo, que ni nosotros queremos vernos y preferimos hacer que no pasa nada y seguir con una careta puesta...pero aunque queramos evitarlo...en algún momento acaba cayendo y aparece lo que somos y sentimos en cada momento...

Por eso es mejor dedicarnos tiempo a nosotros mismos, a conocernos, a querernos, a tener claro quienes somos, que queremos y quién está a nuestro lado, a saber cuando llevamos la máscara y cuando no, a decidir cuando quiero llevarla o dar un portazo y decir...no me la pienso poner más, guste o no, esto es lo que soy...mírame a la cara.

Al fin y al cabo, aunque suene utópico, me gustaría cuando voy por la calle que en vez de sentirme en un carnaval rodeado de gente a los que veo llevando máscaras, fuera un lugar donde únicamente todos fuéramos personas y pudiéramos mirarnos a los ojos y saber que piensa y que siente cada uno de nosotros...todo sería más fácil...¿No crees?








10 comentarios:

  1. Había escrito un comentario mas largo xo supongo q debido a mi torpeza no he sabido hacerlo bien..jiji
    Te decía q ya estabas tardando hombre!!q m guzzta como escribes xq tu mensaje llega :) y eso no suele ser fácil cuando se profundiza sobre las cosas (supongo q d ahí viene lo de psicología de andar por casa no?ya sabes q soy muy avispada..jaja)
    Ah!y q en esta entrada aunq m encanta no m sentia especialmente identificada,no se si por suert o por desgracia mi vida no es un "carnaval" y no siento q tenga distintas máscaras..aunq si estoy de acuerdo en q nunca llegamos a conocernos lo suficiente..:)
    Un besooo Óscaaar

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    1. Yo creo q es una suerte no llevar puesta la máscara siempre, a mi me gustaría no tener q ponermela pero...se me hace complicado!Así q por mi parte solo puedo decirte q me das envidia!jeje!

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    2. y gracias por el comentario!!!

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  2. UNA VEZ MAS, DE ACUERDO EN TODO. ESO DE QUITARSE LA MASCARA ES COMPLICADETE A VECES SI...JEJEJE

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    1. gracias, es muy complicado sobre todo vernos a nosotros mismos y estar dispuestos a aguantarnos...

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  3. Que sencillo y complicado al mismo tiempo, creo que todos los seres humanos pasamos por esa fase en la que tenemos que mirarnos al espejo y, no solo aceptar que lo que vemos es lo que vamos ha ver toda la puñetera vida, si no que encima deberemos estar orgullosos para defenderlo.

    Como bien dices no todo el mundo pasa por ese aro, y como en otros aspectos de la vida, dan patada hacia adelante evitando esa posoblemente desagradable situacion y siguen de carnaval. Pero claro, eso solo empeora las cosas.

    El mensaje es claro: la primera puerta que hay que atravesar hacia la felicidad es la autoaceptacion.

    La espera ya merecido la pena Óscar, te vas superando :)

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    1. Gracias, sin duda creo que tratar de aceptarse es muchas veces lo más complicado, sobre todo por q si no somos capaces de aceptarnos nosotros, como saber q los demás lo harán?

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  4. Me han encantado encantado tus palabras y pienso que tienes mucha razón. A veces me siento rodeada de gente que en realidad no es lo que ves y eso me hace sentir deprimida... Me alegran las personas que son ellas mismas, me recuerdan que la vida merece la pena, que somos reales. Pero no hay mucha gente así, yo intento mantener relación con ellas cuando las encuentro y no las olvido. Gracias por compartirlo.

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    1. Muchas gracias por tu comentario, la verdad es que merece mucho la pena compartir nuestra vida con las personas que son siempre ellas mismas, ya que como bien dicen nos hacen darnos cuenta de que somos reales y creo que nos permiten estar sin máscara sin miedo a ser juzgado por ello...es una buena reflexión la de que hay q mantener relación con ellas y no olvidar quienes son "reales" y quienes no

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  5. Actualmente que tengo más claras las cosas, pienso que siempre hay que ser fiel a uno mismo para no perder el rumbo de nuestras vidas, aunque corramos el riesgo de ser incomprendidos o mal interpretados.
    Ser “uno mismo” en esta sociedad es igual “a ser diferente” y eso no se suele perdonar.
    La diferencia de ser tu mismo a no serlo estriba en que al final del día aunque acabes un poco frustrado, tendrás la satisfacción de reconocerte en el espejo y eso ¡mola!.
    Y si después de esto eres capaz de encontrar el equilibrio entre lo que nos toca vivir sin traicionarte a ti mismo y a tus principio, eso ya es rayar la perfección.
    “Yo” me quedo en intentarlo por lo menos.
    Sobre tu final te diré que eso sería lo más sencillo de hacer, pero por desgracia para el ser humano lo elemental es sinónimo de pobreza, la pobreza no tiene valor, por lo tanto como no vale nada es impensable y se queda en utopía.

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