martes, 3 de abril de 2012

Decir lo que sentimos...



Creo que hay poca gente que tenga la capacidad de mantener en el tiempo la virtud que teníamos cuando éramos niños: El poder decir lo que pensamos y sentimos con total naturalidad y sin apenas remordimiento, con tanta suavidad y claridad que el receptor de ese pensamiento que había salido sin filtro de nuestro cerebro no podía reaccionar más que con una tímida sonrisa, creando un silencio incómodo entre el resto de los adultos presentes en la sala.
Sin embargo, ese niño podía salir a jugar con la pelota tranquilamente, sin tener constancia de su "error", y con la conciencia limpia de pensamientos que, una vez que somos mayores, nos quitan mucha energía y nos frustran mientras tratamos de acallarlos para evitar abrir la caja de pandora y soltar lo que realmente queremos soltar por nuestra boca en diferentes situaciones cotidianas.

Esa capacidad de decir lo que pensamos se va perdiendo con el paso del tiempo ya que nos enseñan a moderar nuestro lenguaje, nos inculcan unas normas sociales de las que es mejor no salir, nos exponemos a duras criticas por lo que decimos en cada momento y...al final, no se por qué, decidimos que siempre suele ser mejor callar que expresarnos con libertad...

Todos tenemos diariamente a nuestro alrededor pequeños momentos de tensión que nos generan malestar y no expresamos por no ser pesados, que pueden ir desde que el café está frío por las mañanas o que alguien se ha comido nuestras galletas favoritas, pasando por alguna de las tonterías que puedes escuchar en una tertulia de la televisión, o diferencias a la hora de llevar a cabo un proceso en tu lugar de trabajo con alguno de tus compañeros...pero tras pensarlo un rato, dices...mejor dejarlo pasar...¿Que voy a sacar de decir esto ahora?
Mientras lo dejas pasar, te tomas ese café frío y lo mojas con un bollo reseco, te dices a ti mismo lo idiota que es ese tertuliano y te metes en tu oficina pensando...ya queda menos para el fin de semana.

Aunque en ese momento no nos queremos dar cuenta o intentamos acallarlo, eso queda ahí, como un pequeño martillo pilón, que te machaca todo el día y que tontería a tontería, gota a gota, hace que nuestro vaso se vaya llenando y que algo empiece a chirriarte por dentro, generando que al final la gotita más pequeña haga que el vaso se desborde y probablemente sobre la persona que menos lo merece...¿No sería mejor ir vaciando el vaso poco a poco antes que llegue al final?

No digo que haya que quejarse de todo o ir diciendo todo sin filtro previo pero...creo que muchas veces esperamos siempre a estar desbordados para decir lo que pensamos y sale de repente mucho más de lo que creíamos...pudiendo incluso llegar a bloquearnos.

El problema no es que solo nos callemos lo que no nos gusta de algo, sino que viene cuando somos incapaces de decirle a las personas que tenemos al lado lo importantes que son para nosotros y lo mucho que las podemos necesitar cada día y a cada momento, es decir, cuando no sólo nos callamos lo que pensamos sino que también nos callamos lo que sentimos...

Solemos cometer el error de desahogarnos con nuestros seres queridos contando sólo lo mal que me ha ido el día y lo agotados que estamos de esta vida...pero luego se nos suele olvidar lo importante, que es decirles lo mucho que hemos pensado en ellos cuando vivíamos esos malos momentos y lo importantes que son para nosotros al estar ahí siempre escuchando nuestras quejas diarias sin reprocharnos nada, y sin esperar al final una palabra de agradecimiento.

Cuando nos duela algo digámoslo...y cuando estemos con alguien que nos importa, puede ser un amigo, un familiar, tu pareja...y simplemente nos mire y nos haga sentirnos bien...hagamos que sepa que nos hace sentir bien...

Tenemos que recuperar aquella virtud olvidada de cuando eramos niños, en la que podemos acercarnos a alguien y decirle "te quiero mucho" y no sonrojarnos por ello.
Si todos nos lo dijeramos más seguro que por las mañanas, cuando nos sirvan un café frío, nos molestará menos de lo que nos molesta ahora...






15 comentarios:

  1. Oscar solo puedo decir que me siento totalmente identificada con todo lo que dices, y además es muy duro tener que mantener en silencio el decir "te quiero" cada día sin posibilidad de hacerlo por el mero miedo a que no se te respete, y no te permitan las circunstancias,educar con suficiente energía y convencimiento, pero sindiendo el cariño y el amor que uno tiene dentro, por lo que es cierto, hay que hacerlo en cualquier momento que se tenga necesidad de expresarlo. Es verdad que hay que abrirse a los sentimientos y no dejar que el el agua del vaso se salga en los momentos más inoportunos. Me enorgullece saber lo que piensan y sientes, sin ningún sentido del ridículo o similar. Ante todo hay que ser personas, siempre que no se dañe a los demás.Un achuchón.

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    1. Pues ya sabes, hay q aprender a dejar lo innecesario a un lado y decir las cosas q realmente importa, q es lo q se siente y a la gente q se quiere...Besos

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  2. Hoy me identifico especialmente con lo que ha escrito Oscar. Gracias a ti, he conseguido saber cuál era la causa de muchas cosas buenas (que me han hecho sentirme libre) y otra no tan buenas, que me han pasado factura por la misma causa a lo largo de mi vida.

    ¡HE NACIDO SIN FILTRO! JE,JE,JE....

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    1. Efectivamente nacer sin filtro y mantenerse así es poco común, así q sigue sintiendote bien contigo misma, eso es lo q importa, y sobre todo sientete libre!Besos

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  3. Bien Óscar!Sigues manteniendo el listón del blog..q difícil te lo estás poniendo!!jiji
    A veces sólo hay q aprender a saber decir las cosas..ser espontáneo y no pensar tanto!
    Bsicos!

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    1. Efectivamente, nos callamos muchas cosas q no deberíamos callar, y a veces hablamos de mas en otras que no merecen la pena...aprovecho y te felicito tu cumple por aquí, q te nos haces mayor María hg!jeje!y Gracias por el comentario!

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  4. mu grande oscar, me has emocionado a little, y eso no es fácil jejeje... toda la razón, y sabes que te lo digo ya desde la experiencia...jeje. sigue así genio. abrazooooo!!

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    1. Gracias macho, q venga de ti me alegra mucho, espero q sigan llegandote los q quedan por venir...un abrazo!

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  5. Pienso que cada uno tenemos nuestra forma de afrontar las situaciones, porque para situaciones hay variedad de gravedad. Pero con los seres queridos hay que guardarse el orgullo un poco.

    Y puntualizo que si, es muy importante decir "te quiero" y a veces cuesta en un mal día de esos, pero es incluso mas difícil pedir "perdón", algo que me parece importantísimo y que una fuerza interior absurda muchas veces nos lo impide,

    Muy buen post, da que pensar :) y tiene merito, sobretodo como se que estas ahora xD, Valor!!

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    1. Reconocer un error y pedir perdón cuesta mas en eso tienes razón, y el orgullo hace q nos cueste mucho reconocerlo

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  6. Hombre, decir lo que piensas o sientes tiene sus riesgos, pero, sobre todo cuando se trata de alguien cercano, el precio de callárselo suele ser mayor.

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    1. Sin duda callar lo bueno o lo malo a alguien cercano a la larga es peor...pero a veces cuesta decir todo lo q tenemos dentro abrirse nos parece pelogroso

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  7. :)
    Me ha gustado.
    Y propongo un "Decir lo que sentimos... volumen 2" y nos cuentas qué tal ha ido tu día en el que has dicho todo lo bueno, es decir, en el que has aplicado todo lo que propones en la segunda mitad del post.
    muá!

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    1. Me alegra q te haya gustado!!apunto tu opción para hacer el volumen 2, sigue atenta al blog y lo acabare haciendo es buena idea!

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  8. Me gusta mucho el comentario de.."tomarte el café frío y el mojar el bollo duro". No pasaría nada si optásemos por no comentar lo que nos molesta si eso no repercutiese en nuestros sentimientos y en la forma posterior de comportarnos. Y, bajo mi opinión, es casi imposible ignorar todo lo que nos molesta si pretendemos seguir actuando con normalidad y de forma natural claro.

    Pienso que es cuestión de asertividad porque muchas veces no decimos aquello que nos está incomodando no tanto por si molestamos "al otro" sino, porque no sabemos cómo reaccionar si "el otro" reacciona mal. Si hablamos de buenas maneras expresando cómo nos sentimos es casi imposible que siente mal, y si es así no es culpa nuestra.

    Cuando las cosas se hacen de buenas formas e intentando no dañar a nadie, salen bien en el 95% de las veces. Propongo que en la próxima situación en la que nos incomode algo, lo abordemos así y comentemos cómo nos ha ido.

    Un abrazo óscar!

    Rocío

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